El papel de los laicos en la sociedad actual
«Este es el tiempo de los laicos». Entendamos bien esta expresión: no significa que ha cambiado la naturaleza de la Iglesia, que el don del sacerdocio ministerial ya no tiene importancia, sino que significa una buena noticia: muchos bautizados están tomando en serio su bautismo, están tomando a fondo su compromiso con la Iglesia y ante todo con Jesús, y esto les está llevando a ser vanguardia. ¿En qué campos? Fundamentalmente destacaremos 3:
(1) Educación: sabemos que hay una gran cantidad de desafíos que tienen que ver con la educación en el tiempo en el que vivimos. Por ejemplo: cuando uno habla de temas de política, sociología, ciencia, ideología de género, nuevo orden mundial… Los primeros destinatarios de todos estos movimientos son indudablemente los niños y los jóvenes. Muchos docentes están tomando en serio su lugar dentro de las aulas. Se han dado cuenta que no son simples transmisores de conocimiento, no son simples cajas de información, sino que tienen una responsabilidad con las mentes jóvenes. En este sentido, sin faltar al rigor de su propio campo de conocimiento que les es exigido, están dando un testimonio muy claro. Son actitudes serias, responsables y con visión de futuro porque es eviente que ahí, en la educación, nos jugamos el futuro. Es inmenso el bien que hacen estos docentes formando criterios claros morales y éticos a nuestros jóvenes.
(2) Campo político/socio-económico: sabemos que hay una gran corrupción en muchos aspectos de la política, lamentablemente, pero es muy bonito ver también que hay laicos que están tomando el liderazgo y la delantera en los movimientos provida, en denunciar las mentiras de tantos gobiernos y en hacer ese sano activismo político que les corresponde. No se nos olvide que la vocación del laico es ante todo mostrar el reinado de Jesús en las realidades de este mundo, como lo especifica tan bien la constitución Lumen gentium. Las realidades de este mundo tienen que ver precisamente con la creación de leyes, la organización de la sociedad… Muchos laicos han asumido su compromiso en el campo de la política a todos los niveles (legislativo, ejecutivo, judicial). Merecen una mención especial aquellos laicos que ponen su profesión al servicio de la verdad del evangelio. Por ejemplo: abogados cristianos aquí en España. Ojalá más gente como ellos. Muchas veces estos cristianos son el frente directo de batalla frente a los abusos que se están realizando en muchos gobiernos y lugares. Para poner la cara se necesita una preparación teórica y práctica. Esto es conciencia laical. Y muchas veces es una labor tan sacrificada que merece el título de una obra de santificación.
(3) Matrimonio, Familia: son laicos que defienden el matrimonio, que son testigos de la belleza del plan de Dios. Los sacerdotes manifiestan el plan de Dios pero esas palabras caerían en el vacío sin el testimonio. Son los matrimonios los que viven estas realidades y pueden decir de primera mano de una manera irrefutable que creen en el plan de Dios. Las familias hacen presente el reino de Dios en lo cotidiano, en esos procesos cotidianos de educación de los hijos, etc. Nada va a suceder en la Iglesia que sea profundo y a largo plazo si no toca el compromiso de los laicos y el corazón de la familia. Ahí en la familia hay un campo muy señalado de acción de los bautizados. Podemos subrayar a aquellos que pertenecen a grupos de oración, a las comunidades parroquiales, a los movimientos, y demás comunidades que están cerca de las familias. Es el testimonio de ellos, de jóvenes, parejas, adultos mayores… es su vida de testimonio lo que marca una diferencia.